El clima mediterráneo

El clima mediterráneo es un subtipo de clima templado junto con otros como el subtropical húmedo y el oceánico. Se caracteriza por inviernos templados y lluviosos y veranos secos y calurosos o templados, con otoños y primaveras variables, tanto en temperaturas como en . El nombre lo recibe del Mar Mediterráneo, área donde es típico este clima y donde mayor extensión geográfica, pero también está presente en otras zonas del planeta, con variaciones en cuanto a la distribución de las temperaturas.

Las lluvias no suelen muy abundantes, pese a que hay zonas donde se sobrepasan los 1000 mm; la característica principal es que estas no se producen en verano, por lo que su distribución es la inversa a la del clima de la zona intertropical, lo cual un importante estrés hídrico.

Las temperaturas se suelen mantener todos los meses por encima de los 20 °C pero presentan variación , pues hay meses fríos por debajo de los 18 °C y otros más cálidos que en el mediterráneo típico sobrepasan los 22 °C.

El clima mediterráneo está situado geográficamente en las costas occidentales de las masas continentales, entre los climas oceánico y desértico, realmente una combinación de ambos: en invierno la componente oceánica y en verano la desértica. Cuanto más hacia los polos, el clima es más suave y lluvioso, por lo que se trata de mediterráneo de influencia oceánica y cuanto más hacia el Ecuador, más seco, de modo que hablamos mediterráneo seco.

La vegetación es arbórea de tipo perennifolio, con los árboles no muy altos y unos estratos herbáceos y de matorrales. Tiene un estrato arbustivo y lianoide especialmente desarrollado, de herencia tropical, que enriquece el bosque y lo hace apretado y a veces incluso impenetrable. El follaje de los árboles y arbustos permanece en la planta todo el año, ahorrando así una excesiva producción de material vegetal, muy costoso hacer por tener muchas defensas. Estas defensas pueden ser de tipo físico, químico o biológico. Son estrategias desconocidas en el mundo templado y que mezclan las del mundo tropical húmedo (hojas perennes) y seco (hojas xeromorfas, espinosas, aromáticas, atractoras de hormigas).

Las denominaciones típicas de las formaciones que se crean son la garriga en el Mediterráneo, el chaparral en California, el fynbos en Sudáfrica y el matorral chileno en Chile. En las zonas con este clima es se ha desarrollado tradicionalmente la llamada trilogía mediterránea: trigo, vid y olivo. Este último es un árbol que únicamente se cultiva en zonas que este patrón climático. Actualmente las zonas de clima mediterráneo son aquellas donde más desarrollada está la agricultura de regadío, produciéndose gran cantidad de frutas (naranjas, limones, albaricoques, melocotones, cerezas, ciruelas, nísperos, etc.) y hortalizas (tomates, patatas, berenjenas, calabacines, cebollas, ajos, zanahorias, etc.), quedando en el secano el ya olivo junto a otras especies como almendros y algarrobos.