La Estación Espacial Internacional - Fragmentos

Su origen se remonta a la década de los 80, cuando la NASA propuso la creación de una estación espacial permanente como parte de su programa de exploración humana del espacio. En concreto, hablamos de la NASA (Estados Unidos), Roscosmos (Rusia), la ESA (Europa), JAXA (Japón) y la CSA (Canadá). La construcción de la EEI comenzó en 1998 con el lanzamiento del módulo ruso Zaryá.

A lo largo de los años, la EEI ha experimentado una evolución tal que se ha convertido en un laboratorio orbital único. La estación alcanzó su configuración completa en 2011 con la instalación del módulo Leonardo, que permitió ampliar su capacidad para realizar experimentos en microgravedad. Durante este período, la EEI también se convirtió en un símbolo de cooperación internacional, especialmente después de que la NASA y Roscosmos estrecharan su colaboración tras la retirada del transbordador espacial estadounidense en 2011.

En la actualidad, la EEI es un centro de investigación científica de vanguardia que orbita la Tierra a una altitud de aproximadamente 400 kilómetros. Alberga a astronautas de diversas nacionalidades que realizan experimentos en campos como la biología, la física, la medicina y la tecnología espacial. Además, la EEI sirve como plataforma para probar tecnologías que serán cruciales para futuras misiones a la Luna y a Marte.

La vida a bordo de la EEI es un desafío constante. Los astronautas siguen un riguroso horario que incluye ejercicios diarios para contrarrestar los efectos de la microgravedad, además de dedicarse al mantenimiento de la estación y a la realización de experimentos.

Originalmente diseñada para operar hasta 2024, su vida útil se ha extendido hasta al menos 2030 gracias a las mejoras técnicas y al mantenimiento continuo. Mientras tanto, la EEI sigue siendo un símbolo de lo que la humanidad puede lograr cuando trabaja unida.