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Uso de la lengua - El desempleo

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El desempleo, también llamado desocupación, paro laboral o cesantía en el mercado de trabajo, hace referencia a la situación del ciudadano que carece de empleo y, por lo tanto, de salario. Por
, es la parte de la población en edad, condiciones y disposición de trabajar —población activa— que carece de un puesto de trabajo.​ Para referirse al número de parados de la población se utiliza la
de desempleo por país u otro territorio. La situación contraria al desempleo es el pleno empleo.
Además de la población activa, en la que se incluye tanto a los que están trabajando como al
de los parados o desempleados de un país, las sociedades cuentan con una población inactiva compuesta por aquellos miembros de la población que no están en disposición de trabajar, sea por estudios, edad, enfermedad o
otra causa legalmente establecida.
La presencia de un elevado desempleo es un problema tanto económico como social. Una economía con alto desempleo no está utilizando todos los recursos, específicamente mano de
, disponibles para ella. Dado que está operando por debajo de su frontera de posibilidades de producción, podría tener una mayor producción si toda la fuerza laboral
empleada de manera útil. Como problema social es una fuente de sufrimientos, ya que los trabajadores desempleados tienen que vivir con una renta menor o totalmente sin ella. Durante los períodos de elevado desempleo, las dificultades económicas también afectan a sus emociones y a la vida familiar, pues esto trae consecuencias en la economía
.
Políticas activas de empleo
Las políticas activas de empleo (PAE) son intervenciones del Estado en el mercado laboral para ayudar a los parados a encontrar trabajo. También se conocen como "políticas de activación" o "estrategias de activación". Muchas de estas políticas
de proyectos previos de obras públicas, particularmente aquellos llevados a cabo en la época del New Deal, diseñados para combatir el desempleo generalizado en el mundo desarrollado durante el período de entreguerras.
La forma en que la política fiscal afecta al empleo es un tema complejo, por lo que es necesario
cuidadosamente los efectos de incentivo y desincentivo que conlleva la intervención del sector público. Por ejemplo, un sistema de prestaciones por desempleo bien diseñado no solo
una importante red de protección a la población, sino que, además, permite a los trabajadores dedicar más tiempo a la búsqueda del empleo más productivo. Sin embargo, puede al mismo tiempo prolongar la duración del desempleo, lo que tendría efectos secundarios sobre el potencial de producción de la economía, porque los trabajadores que se encuentran en una situación de desempleo de larga duración
una depreciación de su capital humano.
Las posibles desventajas de las prestaciones sociales se observan con más claridad en sus efectos sobre la oferta de factor trabajo. Con frecuencia se menciona el pago incondicional o ilimitado de prestaciones por desempleo como uno de los principales factores que desincentivan la búsqueda de empleo. Otra de las alternativas es la reducción de beneficios por desempleo. Aunque esto pueda crear incentivos laborales, su
como política pública puede resultar más difícil. En un estudio realizado en diferentes países de Europa en 2018, se
que hay una probabilidad del 52% de que aquellos que experimenten la reducción encuentren trabajo antes que una persona desempleada con beneficios por mayor número de tiempo. Los programas de formación pueden ayudar a mantener y mejorar los conocimientos profesionales, reduciendo los desajustes entre oferta y demanda y el deterioro del capital humano entre los desempleados de larga duración. Otro desafío que se plantea es la
de los grupos difíciles de emplear, como los trabajadores poco cualificados, los parados de larga duración o los trabajadores de más edad.
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   

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