Uso de la lengua - El pan de muerto

El Día de Muertos es una tradición celebrada los días 1 y 2 de noviembre, fecha en la que la memoria de los difuntos. Se originó como un sincretismo entre las celebraciones católicas (especialmente el Día de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos) y las diversas costumbres de los indígenas de México. La festividad se suele asociar otras celebraciones como el Día de Brujas o Halloween, aunque en realidad mucho de esta costumbre. El Día de Muertos se celebra principalmente en México y en otros países latinoamericanos como Bolivia, Perú, Ecuador, Guatemala.​​ Actualmente, también se festeja en zonas más al sur, como por ejemplo en Buenos Aires, Argentina, gracias a migrantes del área andina central.

Una de las tradiciones más conocidas de la celebración del Día de Muertos es la elaboración del pan de muerto, un pan dulce mexicano típico que contiene harina de trigo, leche, huevo, levadura, azúcar, sal y mantequilla; frecuentemente se aromatiza con un de anís y naranja. Se trata de uno de los elementos tradicionales que se colocan en el altar de muertos para recordar a los queridos que han fallecido. Este pan se puede encontrar en muchos tamaños y formas el lugar, pero la forma arquetípica y más comercial es pequeña y redonda, decorada con dos «huesitos» cruzados (piezas alargadas de masa que representan los huesos). Aparte de esto, también se pueden preparar con formas humanas y animales. Una vez horneado el pan, la superficie se cubre con azúcar blanca, azúcar y canela, o bien con ajonjolí. El azúcar, a veces, de rojo para emular la sangre. En cualquier caso, el resultado es un pan de esponjosa, tierna y apenas alveolada, y una corteza suave pero muy dorada. Un derivado similar es el pan de huevo o pan de yema de Oaxaca.

ha ido pasando el tiempo, el pan de muerto ha ido presentando diferentes formas de preparación. Así, en el centro de México, por ejemplo, las panaderías utilizan pan sencillo espolvoreado con azúcar, pero en Michoacán se elabora con «pan de hule», es de color moreno brilloso, forma redonda y con dedicatoria a un difunto. Aproximadamente ocho diez casas mexicanas adquieren este pan los días 1 y 2 de noviembre.​ El altar, aparte del pan, también suele incluir fruta y ambos se ofrecen para alimentar a las almas de los seres queridos, que durante las fechas señaladas viajan desde el más para visitar sus hogares. El altar incluye también papel picado, flores de cempasúchil, un plato con sal, juguetes, copal oloroso, cruces y otra simbología religiosa; también las fotos de los fallecidos, sus objetos personales y vasos de agua, uno por cada difunto.