Carlos Ruiz Zafón, nacido el 25 de septiembre de 1964 en Barcelona, es considerado uno de los escritores españoles contemporáneos más reconocidos a nivel mundial. Comenzó su carrera literaria con libros juveniles, pero fue con sus novelas para adultos como alcanzó la fama internacional. Su primer éxito notable fue La sombra del viento (2001), novela que ha sido traducida a más de 40 idiomas y que ha vendido millones de copias en todo el mundo, consolidando a Ruiz Zafón como un narrador excepcional.
Su famosa tetralogía El Cementerio de los Libros Olvidados está compuesta por La sombra del viento y por otras tres novelas posteriores: El juego del ángel (2008), El prisionero del cielo (2011) y El laberinto de los espíritus (2016). Cada uno de estos libros es una pieza de un rompecabezas literario que se desarrolla en una Barcelona gótica y mágica, donde los libros y los secretos familiares son los grandes protagonistas. La habilidad de Ruiz Zafón para entrelazar tramas complejas y personajes inolvidables ha sido una de las claves de su éxito y gracias a esa capacidad ha logrado cautivar a lectores de todas las edades.
Antes de dedicarse por completo a la escritura de novelas para adultos, Ruiz Zafón escribió varias novelas juveniles, como decíamos al principio. Entre estas obras iniciales destacan El príncipe de la niebla (1993), El palacio de la medianoche (1994), Las luces de septiembre (1995) y Marina (1999). Estos trabajos ya mostraban el talento del barcelonés para crear atmósferas envolventes y tramas intrigantes.
Lamentablemente, Carlos Ruiz Zafón falleció en Los Ángeles el 19 de junio de 2020 a los 55 años. Atrás dejó un legado literario impresionante y una enorme cantidad de seguidores que no ha dejado de crecer. Su particular estilo, caracterizado por una prosa elegante y detallista, ha dejado una marca indeleble en la literatura contemporánea en lengua española. Aunque ya no esté entre nosotros, sus libros siguen vivos en las mentes y corazones de millones de lectores alrededor del globo.
A continuación, podemos leer las primeras líneas de La sombra del viento.
Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros olvidados. Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza y un sol de vapor que se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica en una guirnalda de cobre líquido.